domingo, 31 de mayo de 2009

La ASAMBLEA UNIVERSITARIA en la Universidad de Nariño: Ejerciendo la autonomía

Paulo Muñoz. Miembro de la Organización Colombiana de Estudiantes, OCE. Capítulo Nariño. Pasto, 31 de mayo de 2009.

El principio de autonomía universitaria, consagrado en la Constitución y en las leyes colombianas, en la práctica no ha dejado de ser un espejismo en los centros públicos de educación superior, puesto que quienes en realidad ejercen autoridad y mando son los Consejos Superiores, organismos en los cuales los estamentos vitales de la vida académica –estudiantes y profesores– son relegados a absoluta minoría por agentes extraños al Alma Mater y por los voceros del establecimiento – básicamente el Gobierno nacional y su Ministerio de Educación–.
Ha sido una vieja aspiración de los universitarios poder ejercer de forma efectiva la autonomía y el gobierno de las universidades públicas. Por ello es gratificante anunciar que en la Universidad de Nariño se instala solemnemente el martes 2 de junio una asamblea compuesta por más de 200 universitarios elegidos democráticamente en sus respectivos estamentos, y cuyo objetivo inicial será el de discutir y aprobar el nuevo Estatuto General de dicha institución.
Después de un año de trabajo ininterrumpido en mesas y comisiones, mediante resolución rectoral fue convocada la Asamblea Universitaria, nombre con el cual se designa el cuerpo colegiado democrático que autónomamente entregará en el mediano plazo la norma principal de la Udenar, la cual contendrá, entre otros, el plan educativo, los principios de la academia y la investigación, las formas de gobierno universitario y el organigrama.
Esta Asamblea resulta un hecho de importancia para la universidad colombiana porque nace en contravía a las reformas que ha venido impulsando el Ministerio de Educación, las cuales, en clara violación de la autonomía universitaria, pretenden imponer un modelo educativo que no obedece a las aspiraciones de desarrollo científico y tecnológico que requiere la nación. Al contrario, se trata de un modelo que, aunado a la política oficial de recortarle el presupuesto a la universidad pública, genera una educación de muy baja calidad, cada vez más mercantilizada y que deja a millones de jóvenes por fuera de su cobertura.
Las diversas organizaciones, grupos y consejos estudiantiles y las organizaciones gremiales de profesores y trabajadores han hecho causa común para que la Asamblea Universitaria, una vez apruebe su propio reglamento, tome en sus manos este designio histórico de hacer de la autonomía más que un rótulo falso y marcar un hito al compeler al Consejo Superior, que por ley de la república tiene la potestad, de aprobar, sin quitarle una coma, el documento que al final se le entregue. Existe un antecedente valioso: este consejo aprobó el nuevo Plan de Desarrollo de la Udenar que presentaron las mesas de trabajo que funcionaron en 2008 para ese fin. Asimismo, la comunidad universitaria confía que la Rectoría, en cabeza del profesor Silvio Sánchez, siga asumiendo la actitud de total respaldo a la Asamblea.
Los universitarios nariñenses instan en esta hora a toda la comunidad universitaria colombiana para que respalde este proceso con su voz de aliento y con sus aportes al debate, para así cumplir cabalmente con la tarea: hacer una reforma académico-administrativa en pleno ejercicio de la autonomía universitaria y en contra del modelo privatizador y antinacional del gobierno de la “revolución educativa”.