jueves, 11 de junio de 2009

A propósito de la viabilidad del sistema Megabus

Organización Colombiana de Estudiantes, OCE.
Pereira, junio de 2009.
Luego de la audiencia pública sobre el transporte masivo en la ciudad de Pereira, la preocupación de las Contralorías General, Departamental y Municipales de Pereira y Dosquebradas, por la viabilidad del Megabus, ratificó lo que habían advertido varios habitantes y agremiaciones de la ciudad antes que este se implementara: “la inviabilidad del mega proyecto”. Quedó así demostrado una vez más que a febrero de 2009 apenas movilizó 117.000 pasajeros, cifra muy lejana a la meta de cubrir el 45% de la demanda del transporte público proyectada a este periodo del año.
Según el informe de los contralores, las metas no se han cumplido debido a que el área metropolitana de centro de Occidente no ha culminado el reordenamiento total de rutas y se ha incrementado el transporte colectivo informal y de rutas piratas, con el riesgo de desfinanciación del mismo por la competencia entre una y otra modalidad.
Lo anterior es preocupante si se tiene en cuenta que las medidas del área metropolitana siempre han conducido a favorecer al Megabus sin importarle el perjuicio causado a los usuarios del transporte público y las distintas empresas de busetas que agremian una cantidad significativa de trabajadores y pequeños propietarios. Fue así como las firmas que operan el transporte masivo incrementaron el valor del pasaje a 1.300 pesos sin haber cumplido los compromisos pactados para construir el intercambiador de Dosquebradas y el mantenimiento de las vías por donde circula su parque automotor.
No obstante, el DANE (junio de 2009) reveló que en el primer trimestre del año el número de pasajeros reportado por las empresas transportadoras descendió 2,8%, en las ocho áreas metropolitanas y quince ciudades principales del país, mientras el Megabus pasó de transportar en 2008 el 23,30% a 25,1% en 2009. Estos datos indican que a pesar de todos los esfuerzos realizados por el área metropolitana para acapararle mayores usuarios al Megabus, lo único que ha logrado es que más personas deban optar por el transporte colectivo informal, la moto, caminar o simplemente salir menos.
Omite el informe de las Contralorías que el motivo de la inviabilidad del sistema para no alcanzar las proyecciones en el número de pasajeros tenga relación con el modelo económico implementado en la región, mismo que tiene al mundo en crisis. Así es en Risaralda donde los comentarios de “bonanza cafetera” contrastan con la inexistencia del grano; donde las halagos “de ciudad comercial” distan de la realidad de las familias de pequeños comerciantes, como los del sector de Cuba desplazados por la construcción del intercambiador; donde al grueso de centros comerciales se contrapone la reducción en las remesas y todo esto, junto con otros elementos de la crisis, lleva a que Pereira alcance cifras de desempleo del 19,7% disminuyendo la capacidad adquisitiva de la población, asuntos que, sumados a los cálculos infundados para instaurar el transporte masivo, terminan por exponer una vez más la inviabilidad del Megabus.
Ya en el caso de la Universidad Tecnológica, no es un secreto a voces que más del 50% de la población estudiantil se acueste y levante pensando –antes que lo académico– en cómo resolver su problema económico para asistir a la institución. Llama la atención que por estos días ondeara una pancarta de dudoso auspicio en las afueras de la Facultad de Medicina reclamando al señor alcalde una ruta alimentadora hacia la UTP; cuando lo que pide el estudiantado es que el Megabus cumpla con las tarifas especiales que prometió en sus inicios para estudiantes y ancianos, al tiempo que se exige al área metropolitana que no quite la rutas tradicionales a la Universidad, como intentó hacerlo el año anterior, decisión que tuvo que echar atrás gracias a la movilización masiva y civil adelantada por un amplio sector de la comunidad de Dosquebradas. Todos estos quebrantos son evidencia crónica de una inviabilidad anunciada. Y es así los dirigentes departamentales pretenden solucionarla haciendo recaer los padecimientos sobre los usuarios y no en sus creadores o gestores.

A PROPÓSITO DEL DIA DEL ESTUDIANTE: ¡ES NECESARIA LA ORGANIZACIÓN GREMIAL!

Organización Colombiana de Estudiantes OCE.
Cali, junio 8 de 2009
El 8 de junio de 1929, durante una manifestación estudiantil en Bogotá, fue asesinado el estudiante Gonzalo Bravo, hecho que marcó esta fecha como el Día del Estudiante. 25 años después –1954–, durante una marcha de conmemoración, es asesinado el estudiante Uriel Gutiérrez, provocando que al día siguiente, 9 de junio, invadiera las calles de Bogotá una gran movilización pacifica de estudiantes de secundaria y universidades. Al aproximarse la marcha al palacio presidencial, fue nuevamente reprimida por el ejército, que abrió fuego contra la multitud segando la vida de once estudiantes más. Desde entonces, el Día del estudiante se convirtió en dos, que traen a la memoria algunas de las acciones más brutales de la fuerza pública en medio de la antidemocracia colombiana.
La conmemoración de este día ha pasado en la historia por diferentes momentos, y en más de 50 años el movimiento estudiantil ha tenido auges importantes. A principios de los años setentas se da el más grande e importante movimiento estudiantil, principalmente universitario, por la autonomía y la democracia, posible gracias a la organización y la coordinación nacional del estudiantado. Hubo asimismo movilizaciones destacadas en los ochentas. Los últimos movimientos de trascendencia nacional fueron la resistencia contra los recortes a las transferencias (dinero con el que se financian la educación, la salud y el saneamiento), el primero en 2001 y el más reciente en 2007; y los movimientos secundaristas que libraron grandes batallas en defensa de la educación pública. Es precisamente en 2007, por la situación y el carácter organizado del movimiento, cuando se produce en Cali la última movilización destacada en el Día del Estudiante, que contó con más de cinco mil marchantes.
Hoy se hace necesario aunar esfuerzos en la organización y movilización contra las políticas neoliberales del régimen uribista que con su “Revolución educativa” ha llevado a la educación básica y media a un estado indignante de pobreza: hacinamiento, plantas físicas obsoletas, carencia de dotación básica (laboratorios, libros, salas de sistemas), falta de bienestar estudiantil y restaurantes escolares además de matrículas costosas, resultando un modelo educativo perfecto para la “confianza inversionista”: estudiantes con pocos conocimientos y mano de obra barata, primer atractivo para las multinacionales. No por nada las decisiones importantes sobre educación se toman basadas en los dictámenes de organismos imperiales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Lo evidencia el reciente decreto 1290 del Ministerio de Educación Nacional, que en su artículo 1º contempla la obligatoriedad en las pruebas internacionales y las pruebas del ICFES y establece la uniformidad curricular, por cuanto adecua el currículo a las imposiciones de estas pruebas, imprimiendo en la educación la política del “libre comercio”, ya que son estos organismos internacionales los que fijan sus parámetros, pasando por encima de la soberanía nacional y la autonomía escolar.
Y en la educación superior, la arremetida no es muy diferente. Tanto el incumplimiento del gobierno de sus responsabilidades económicas con la universidad pública, como la exigencia de ampliar la cobertura sin aumentar los recursos, e incluso reduciéndolos, han llevado a algunas instituciones a crisis financieras agudas, obligándolas a la penosa necesidad de autofinanciarse con aumento de matrículas, prestación de servicios, privatización de áreas, principalmente, además de la pretensión de adecuar los currículos de las carreras a las pruebas de ECAES, con sus ya conocidos estándares antinacionales.
El panorama nos exige la organización gremial del estudiantado: la creación de los consejos estudiantiles elegidos democráticamente, herramienta efectiva de representación estudiantil y dirigente de sus luchas, además de la unidad y la movilización de carácter nacional. Solo así estaremos prestos a librar nuestra patriótica batalla por una educación pública financiada adecuadamente por el Estado, democrática y al servicio de los intereses del pueblo y la nación colombiana. Este será el mejor homenaje a los mártires del movimiento estudiantil colombiano.

martes, 9 de junio de 2009

CONTRA LA DEGRADACIÓN DE LA CALIDAD DE LA UNIVERSIDAD Y LA ESTIGMATIZACIÓN DE LA PROTESTA

Barranquilla, 9 de junio de 2009.

Recordar el 8 y 9 de junio es trasladarnos a los acontecimientos de finales de 1928 y durante 1929, años de movilizaciones y agitación con amplia participación de todos los sectores sociales, en especial la del estudiantado que se solidarizó en la lucha contra varios acontecimientos como la asfixiante deuda externa asumida por Colombia, sumado a esto el robo de Panamá por una miserable indemnización de 10 millones de dólares y la masacre de las bananeras del año 1928, bajo la Presidencia de Miguel Abadía Méndez.El ejemplo de la lucha que los compañeros estudiantes libraron de la mano con otros sectores sociales por hacer de Colombia una Nación con auténtica Democracia y Soberanía, debe continuarse y es indispensable en el momento en el que vivimos la profundización de las medidas neoliberales que le quitaron a la educación el carácter de derecho fundamental y la convirtieron, bajo la óptica del libre comercio, en una simple mercancía, política trazada desde Washington.

La educación ha sido conducida por el camino de la degradación de la calidad, el recorte a la financiación, la pérdida de la autonomía, hasta para definir los contenidos curriculares para un aparato productivo nacional sometido a la explotación de nuestros recursos naturales, sumado a esto, la sistemática violación de los derechos humanos y las libertades democráticas, en especial hacia los jóvenes y el movimiento universitario enmarcado en la política de guerra del gobierno que estigmatiza y criminaliza la protesta social.El olvido duele más que la muerte, es por eso que convocamos a toda la comunidad bogotana a atiborrar las calles el 8 y 9 de junio, para conmemorar el día del estudiante y levantar las banderas de la defensa de la educación pública, la financiación estatal, la democratización, contra la estigmatización, la criminalización, por la democracia con justicia social y la soberanía nacional.
¡VIVA EL 8 Y 9 DE JUNIO, DÍA DEL ESTUDIANTE!