jueves, 12 de junio de 2008

Participación de la Organización Colombiana de Estudiantes, OCE el 09 de Junio día del Estudiante

Intervención de la Organización Colombiana de Estudiantes, OCE en la antigua sede de la Universidad del Atlántico el 9 de Junio, día del estudiante.

Mitin realizado en la entrada de la Universidad del Atlántico por la OCE, en conmemoración del día del Estudiante.

¡Viva la lucha del movimiento estudiantil colombiano!


¡Viva la organización de los estudiantes colombianos!

La OCE presente en el 9 de Junio







LUCHA ESTUDIANTIL EN COLOMBIA


En conmemoración del 8 y 9 de JunioHace 90 años se dio el primer grito de rebeldía y resistencia del movimiento estudiantil Latino Americano, con la declaración del Manifiesto de Córdoba, que sentó las primeras bases para las reivindicaciones que mas adelante encabezaran las gestas universitarias y secundaritas en latino América. Pero hace 79 años hubo un hecho que empezó a marcar la historia del movimiento estudiantil colombiano.
El 8 de junio de 1929, cuando los estudiantes de Bogotá protestaban en contra de la masacre de las bananeras sucedida el 6 de diciembre de 1928 y en respaldo a la población de Bogotá que se movilizaba por asuntos del acueducto y el tranvía, el régimen conservador del presidente Miguel Abadía Méndez ordenó a las tropas reprimir a los inermes manifestantes cayendo muerto el dirigente estudiantil Gonzalo Bravo Pérez. El 9 de junio de 1954 las tropas del gobierno dictatorial de Rojas Pinilla arremetieron contra una manifestación que venia de la Universidad Nacional en la capital del país recordando los hechos luctuosos de veinticinco años atrás, resultando asesinados mas de doce estudiantes, entre ellos el dirigente Uriel Gutierrez.
Se desprende de lo anterior que la fecha clásica del estudiantado colombiano se conmemora los días 8 y 9 de junio en honor a sus mártires que cayeron en jornadas de lucha contra la explotación del imperio norteamericano y sus lacayos y en defensa de la soberanía nacional y de los derechos democráticos de los estudiantes colombianos. Es de resaltar también la histórica batalla del movimiento estudiantil de los años 1971 y 1972 por un gobierno democrático de las universidades públicas y por una educación nacional y científica al servicio del pueblo colombiano.En la actualidad nuestro país atraviesa una situación compleja que se caracteriza, por un lado, por la ofensiva neoliberal del gobierno ilegitimo de Álvaro Uribe Vélez que solo obedece los dictados del gobierno norteamericano, el FMI y del Banco Mundial, para imponer su política reaccionaria y arrasar la soberanía, la producción y los derechos democráticos de la población, a través de la mal llamada seguridad democrática, la pretension de implementar el TLC con los Estados Unidos y que ahora se haya inmerso en la peor crisis de su gobierno en el escándalo de la parapolitica.
Por otro lado, el pueblo colombiano esta en movimiento uniendo fuerzas en pro de alcanzar la independencia nacional, defendiendo el patrimonio publico como la educación publica gratuita, de cobertura universal, de la mas alta calidad y a todos los niveles, desde preescolar hasta la universitaria. En ese sentido aprovechamos esta fecha para exigirle al gobierno nacional y a los mandatarios municipal y departamental que financien adecuadamente todas las necesidades educativas, en cuanto a infraestructura física, laboratorios, bibliotecas, informática, profesores suficientes, que no haya lugar al hacinamiento.
VIVA EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL COLOMBIANO

A UN AÑO DE LA AFRENTA CONTRA LA UNIVERSIDAD DE CALDAS


"El olvido no es victoria / sobre el mal ni sobre nada / y sí es la forma velada / de burlarse de la historia /para eso está la memoria / que se abre de par en par / en busca de algún lugar / que devuelva lo perdido/no olvida el que finge olvido / sino el que puede olvidar." Mario Benedetti
Juan Carlos Martínez Botero, Catalina Triana Navas Representantes Estudiantiles al Consejo Superior y Académico, y demás miembros Organización Colombiana de Estudiantes, OCE
La universidad pública colombiana enfrenta la más feroz arremetida de que se tenga noticia en la historia nacional. Las agresiones provienen de la política de la “Revolución Educativa”, programa bandera del gobierno de Uribe Vélez para la educación. La contrarreforma viene siendo impuesta con el rechazo de miles de estudiantes universitarios y demás sectores democráticos. El amoldamiento de la universidad a los propósitos del libre comercio y la condena al país a mantenerse en el subdesarrollo es el fin último que persigue dicha política.
La imposición de elementos retardatarios como la desfinanciación, la reforma académica a la Universidad Nacional, la imposición de los contenidos académicos y la vulneración constante de la autonomía universitaria, ha estado acompañada del uso de la fuerza para reprimir a quienes nos resistimos a aceptar un modelo de universidad mediocre, decadente y privatizada. La conmemoración del 5 de junio, día del ingreso violento de los esbirros del Esmad al campus de la sede central de la Universidad de Caldas, debe servir para continuar denunciando la catadura fascista del gobierno de la “seguridad democrática”.
La orden emitida recientemente por el presidente Uribe, con la anuencia de los rectores, para allanar todos los claustros busca reprimir las voces que se alcen contra el modelo educativo actual. La máxima del uribismo es que a mayor privatización, mayor represión. De un Consejo Comunitario salió también la orden presidencial para que en el amanecer del 5 de junio de 2007, una tanqueta y cientos de efectivos de la policía nacional, con el permiso de las directivas, pisotearan la dignidad de los valerosos estudiantes que desde el 29 de mayo nos encontrábamos en las instalaciones del Alma Mater exigiendo una adecuada financiación estatal para la Universidad de Caldas. Hoy recordamos este hecho acopiando nuevos bríos y volviendo a salir en defensa de la universidad como patrimonio del pueblo.
Exaltamos la conducta de los cientos de estudiantes que en ese amanecer defendieron la universidad, así como la de los miles que durante el movimiento hicieron presencia en cada uno de los actos convocados por la dirigencia estudiantil. Observamos cómo esta lucha tiene hoy un nuevo capitulo ante el pronunciamiento de la Corte Constitucional. Y como nuevamente el presidente de la República reitera la amenaza de asaltar nuestras universidades, los estudiantes debemos unir nuestras voces para seguir impulsando una universidad que sirva al desarrollo nacional, que imparta lo más elevado del conocimiento y que garantice el acceso democrático de los sectores populares mediante la gratuidad. La lucha por la democracia y la soberanía se tornan más vigentes que nunca. Sin estos aspectos no es posible una universidad de alta calidad ni un modelo de sociedad incluyente.

Por la Soberanía, el trabajo, la producción y la democracia.
Por la salud y la educación públicas.
¡No al TLC!
¡No a las privatizaciones!

CONCESIÓN = PRIVATIZACIÓN

Ángela Quevedo, Estudiante de Biología,
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia,
Periódico Tribuna Regional,
Villa de Leyva abril-mayo de 2008

La historia de Colombia es la de un país sometido desde siempre al interés extranjero, con la entrega de los recursos naturales, la industria, las empresas públicas, la salud, la educación. Hace varias décadas los gobiernos de turno han feriado buena parte de nuestro patrimonio. El gobierno de Uribe Vélez es campeón en obsecuencia y ha profundizado las privatizaciones bajo la figura de concesión, que se desarrollará a plenitud una vez entre en vigencia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Bajo la figura de la concesión, e han adjudicado al sector privado varios parques y reservas naturales. La iniciativa se pretendió poner en práctica en Boyacá con el anunció de concesionar el Santuario de Flora y Fauna de Iguaque, pero lo impidió la lucha pacífica de la comunidad. Sin embargo, el gobierno nacional vuelve a poner en subasta a Boyacá al llamar a los “inversionistas” a tomar en concesión el Lago de Tota, en Aquitania.
En el estudio sobre disponibilidad de agua per cápita, la Unesco plantea que Colombia pasó del cuarto lugar hace 20 años al 24º hoy. Aprovechando dicho estudio, el gobierno pretende hacer pasar la idea de que la concesión, o privatización, porque ambos términos son equivalentes, es la mejor alternativa para administrar los recursos, porque el agua escasea y debe ser un ente diferente al Estado el que la maneje. Olvidan los neoliberales enquistados en el poder que la crisis por la que pasa en Colombia el recurso hídrico obedece al mismo modelo de atraso y subdesarrollo que destruyó nuestros bosques y acuíferos.
Fue noticia de primera plana la subasta del Lago de Tota, pero nadie se pregunta qué intereses hay detrás del tercer lago más grande de Suramérica. Es simple coincidencia que el 9 de diciembre de 2007 hayan visitado nuestro departamento el señor Jean Claude Bessudo, gerente de Hoteles AVIA, y los señores de AVIATUR que hoy detentan las concesiones de varios parques nacionales, entre ellos, el de los Nevados en el Eje Cafetero, Amacayacu en el Amazonas, la isla de Gorgona, el Tayrona y el Otún-Quimbaya.
Hemos insistido en que el interés en los recursos naturales no es solo turístico. En el Lago de Tota se puede explotar el agua, recurso cada vez más escaso en el mundo, con la ventaja de que el ecosistema que lo rodea, de alta diversidad, comprende cadenas de montaña, alturas de páramo y reservorios de agua.
Boyacá, un departamento tan rico pero a la vez con tanta pobreza, no puede permitir que los mercaderes del agua y otros recursos vitales para la existencia se convierten en amos y señores de nuestros destinos. La gestión del agua debe ser pública. Urge propiciar un debate muy amplio, liderado por estudiantes y profesionales, en el que participe la comunidad y que busca defender con sentido patriótico y democrático nuestros recursos naturales y oponerse a las concesiones o a cualquier otra figura que signifique privatización, como la nefasta Ley de Aguas y el TLC, que le concede todas las garantías a Estados Unidos para explotar nuestros recursos.
Por tal razón invitamos a toda la población boyacense a respaldar la iniciativa nacional del Referendo del Agua que busca establecer este recurso como un derecho constitucional y prohibir que se privatice. La privatización atenta contra la vida de las personas, de los niños y de los ancianos y también contra la de las plantas, cultivos y animales.
POR LA SOBERANÍA, LA PRODUCCIÓN Y EL TRABAJO ¡NO AL TLC!POR LA DEFENSA DE LA SALUD Y LA EDUCACIÓN PÚBLICAS Y LAS EMPRESAS DEL DISTRITO, ¡NO A LAS PRIVATIZACIONES!

CORTE DECLARA INCONSTITUCIONALIDAD PARCIAL DEL ARTÍCULO 38 DEL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO

Declaración de la Representación Estudiantil,
Universidad de Caldas, Organización Colombiana de Estudiantes, OCE,
mayo 27 de 2008.

El 29 de mayo se conmemora un año del inicio de la Huelga Nacional Universitaria contra el Plan Nacional de Desarrollo. En el curso del movimiento, la Universidad de Caldas fue invadida por el Esmad en la madrugada del 5 de junio, que causó lesiones a numerosos estudiantes y serios daños a las instalaciones, además de vulnerar descaradamente la autonomía universitaria.
Coincidente con el aniversario de la Huelga, la Corte Constitucional acaba de informar a la opinión pública que mediante sentencia C-507 de 2008, con ponencia del magistrado Jaime Córdoba Triviño, se declaró la inconstitucionalidad parcial del artículo 38 de la Ley del Plan Nacional de Desarrollo, que obliga a las universidades del orden nacional a participar en el pago de los pasivos pensionales. Para información de la comunidad universitaria, transcribimos la totalidad del artículo aprobado en la Ley 1151 de 2007 (Plan Nacional de Desarrollo) y subrayamos la parte declarada inconstitucional:
“Artículo 38. Saneamiento del pasivo pensional de las universidades estatales del orden nacional. La Nación y las universidades estatales del orden nacional concurrirán al saneamiento del pasivo pensional de dichas entidades en los términos establecidos en el artículo 131 de la ley 100 de 1993. Las sumas que se hayan transferido por parte de la Nación con las cuales haya sido atendido pasivo pensional de dichas universidades a partir de la fecha de corte prevista en el artículo 131 de la ley 100 de 1993, se tendrán en cuenta como pago parcial de la concurrencia a cargo de la Nación de acuerdo a la reglamentación que para el efecto se establezca.
Parágrafo: La concurrencia prevista en el artículo 131 de la ley 100 de 1993 respecto de las universidades territoriales se aplicará también en aquellos eventos en los cuales el pasivo pensional se encuentre a cargo de las cajas de previsión territoriales o quienes la hubieran sustituido”.
La Corte, pese a que determinó que no viola la Carta la obligación impuesta por el artículo 38 de la Ley del Plan de Desarrollo 2006-2010 a las universidades estatales de concurrir con sus recursos para el pago del pasivo pensional, "resaltó que esa concurrencia debe ser en un grado que no afecte el proceso educativo y la autonomía de estos centros educativos para definir y llevar a cabo los programas y proyectos a desarrollar, ni el derecho de las personas a acceder a una educación pública superior de calidad". Fue así como la primera parte del artículo 38 pasó el examen constitucional.
La Corte dijo, sin embargo, que "la norma no establece los porcentajes de concurrencia, tampoco define la base sobre la cual deben calcularse dichos porcentajes, ni establece con claridad el período que debe ser tenido en cuenta para definir dicha base, aspectos que tampoco fueron objeto de debate en el Congreso”. Estableció además la Corte que "la remisión que se hace al artículo 131 de la Ley 100 de 1993 no permite precisar los factores conforme a los cuales se debe llevar a cabo la concurrencia en el saneamiento del pasivo pensional de las universidades estatales, determinación que corresponde efectuar al legislador”. En este sentido, la parte que subrayamos del artículo 38 fue declarada inconstitucional. Se le quita de esta manera la competencia al gobierno nacional para reglamentar los criterios de la concurrencia y se le asigna esta función al Congreso de la República.
Cabe resaltar la posición del magistrado Jaime Araújo Rentaría, quien dejó un salvamento de voto parcial por considerar que la totalidad del artículo 38 era inconstitucional, por las mismas razones que encontraron contrario a la Constitución el resto de la norma. Tal posición demuestra un respaldo jurídico a la tesis de quienes hemos sostenido que es la nación la que debe asumir el cien por ciento del pasivo pensional. Significa esta declaratoria de la Corte Constitucional un avance en las reivindicaciones del Movimiento Nacional Universitario, que debe ahora presionar al Congreso de la República, pero, por sobre todo, continuar la lucha por la viabilidad financiera de las universidades y contra las pretensiones privatizadoras del gobierno de Álvaro Uribe Vélez.
El pronunciamiento de la Corte Constitucional, es a su vez la respuesta a las acciones legales que, sumadas a las enormes movilizaciones, ha interpuesto el Movimiento Nacional Universitario dentro de su agenda de lucha en defensa de la universidad pública. Destacamos de igual modo el escenario que se abre para continuar defendiendo la universidad y recordamos que son 456 mil millones de pesos de pasivo pensional en la Universidad de Caldas y cerca de 5 billones en la Universidad Nacional de Colombia, sumas que de no ser asumidas por el gobierno nacional, conducirían a nuestras universidades a la quiebra, liquidación y posterior privatización. Llamamos a la comunidad universitaria a analizar este nuevo escenario y a consolidar las formas organizativas como herramienta insustituible en la lucha por la defensa de nuestras universidades.
Fraternalmente,
Juan Carlos Martínez BoteroCatalina Triana Navas
Representantes Estudiantiles al Consejo Superior Académico

LA POLÍTICA DE URIBE VÉLEZ ES LA CAUSA DE LA CRISIS EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL

Informativo Resistencia Civil N° 5.
Organización Colombiana de Estudiantes, -OCE-,
Bogotá, mayo de 2008

En la Universidad Nacional, Uribe Vélez impone al menos a cinco de los ocho representantes con voz y voto en el Consejo Superior Universitario para que sean ejecutores de su política antinacional, y el rector, señor Moisés Wasserman, también es fiel a sus propósitos, en tanto que profesores y estudiantes sólo cuentan con un representante.
Resulta antidemocrático que sean minoritarios los dos principales estamentos que componen la universidad. No son en el aire las declaraciones que dio Uribe sobre el movimiento universitario al afirmar, para hacerle juego al chantaje de la cancelación del semestre formulada por Wasserman: “Las decisiones se toman autónomamente en los consejos superiores, especialmente en la Universidad Nacional”. A través de esos organismos de bolsillo, el gobierno nacional introduce todas las reformas que los organismos multilaterales de crédito le reclaman. La verdadera autonomía universitaria consiste en que los profesores y los estudiantes gobiernen la universidad y definan el contenido de los programas de cada una de las carreras.
Para profundizar esa política Uribe necesita acallar a quienes claman por derogar el Acuerdo 008. De ahí que dijera: “La orden que se le impartió ayer a la Policía (20 de mayo) es que judicialicen, cuanto antes, a esos bandidos que están haciendo daño en la Universidad Nacional”. Se ha vuelto una constante: a mayor privatización, mayor represión.
La política de Revolución Educativa de Uribe Vélez ha profundizado en la educación superior el proceso privatizador. A las distintas modalidades de asfixia presupuestal a las que ha sometido a las universidades, se suma una perspectiva académica nociva para el desarrollo de la ciencia y el conocimiento, con la cual se busca preparar la mano de obra a las necesidades de las multinacionales y de los monopolios nacionales y propiciar un “ambiente favorable para la inversión extranjera”. En suma, se pretende mercantilizar la educación superior. Los dos elementos se encuentran al orden del día en la discusión sobre el nuevo Estatuto Estudiantil.
El documento Visión Colombia 2019 establece las características que, a juicio del uribismo, deben tener la sociedad y la educación para el Bicentenario de la Independencia: “La visión 2019 concibe una economía cimentada en la producción, difusión y uso del conocimiento como base de la productividad y la competitividad internacional, lo que impone retos adicionales al sistema educativo, que debe formar egresados en la cantidad y con la calidad suficiente para responder a las necesidades de una economía en crecimiento. Estos desarrollos hacen necesario (…) la preparación de profesionales, técnicos, tecnólogos y personal calificado que demandará el sector productivo como resultado de la dinamización de los sectores de la economía conectados con mercados externos.” Si la economía se va a enfocar hacia el mercado externo como producto de los acuerdos comerciales con EU y la Unión Europea, la educación debe ponerse al servicio de esos intereses.
El Decreto 2566 del 2003 define las condiciones mínimas de calidad que deben tener los programas académicos. Además de señalar que la “justificación de los programas considerará la pertinencia de los mismos al contexto globalizado”, obliga a las universidades a adoptar el sistema de créditos académicos. Con ellos, el neoliberalismo se asegura tres objetivos: cobrar por créditos y no por matrícula, mercantilizar la educación superior e imponer las competencias académicas, laborales y ciudadanas en la universidad. Las disposiciones referidas al cupo de créditos en el Estatuto Estudiantil y la adopción de los créditos académicos en la Reforma Académica son una injerencia directa del gobierno en los asuntos de la Universidad Nacional de Colombia y benefician el modelo privatizador.
Invitamos a la comunidad universitaria a preservar la unidad bajo el firme propósito de derogar el Acuerdo 008 y a exigir la convocatoria a un plebiscito derogatorio del mismo, para que defendamos una educación nacional, científica y al servicio del pueblo.
Contàctenos:oceunal@gmail.com

RECHACEMOS LA REFORMA ACADÉMICA EN LA UNIVERSIDAD DE CARTAGENA

Organización Colombiana de Estudiantes -OCE-,
Cartagena, Mayo de 2008

La reforma universitaria que impulsa el gobierno de Uribe Vélez y que ha causado controversia y paros en universidades como la Nacional y la de Caldas, avanza silenciosamente en la Universidad de Cartagena. Esta reforma, que en la universidad se viene implementando desde la administración de Sergio H. Gamarra, avanza a pasos agigantados bajo la rectoría Germán Sierra, quien hace gala de continuismo y de obsecuencia frente a la política gubernamental.
Esta reforma, inspirada en el decreto 2566 de 2003 y en un conjunto de directivas ministeriales, apunta a desarticular las carreras universitarias y a imponer un modelo educativo mediocre. Los principales elementos de la reforma son,
1. Se recorta la duración de las carreras de diez a ocho semestres en una maniobra que surge de la conversión de los programas a créditos académicos, tal como ya se dio en Historia, Lingüística, Filosofía, Enfermería y próximamente en Química pura. Si bien el modelo de los créditos académicos no se aplica aún de manera uniforme, el objetivo es extenderlo al resto de programas y llevar el recorte a todas las facultades.
2. Se recortan los currículos y los contenidos, procediendo a la eliminación de materias, fusionando unas asignaturas con otras sin más criterio que el de fusionar; se reduce la intensidad horaria y se limita la duración de algunos cursos en la carrera.
3. Se eliminan los regímenes de prerrequisitos en las carreras, convirtiendo materias que hoy son obligatorias en optativas, dejando su inclusión al libre arbitrio del estudiante.
4. Se implementa gradualmente la llamada estandarización de la hora-clase, que busca pasar la hora de clase 60 a 45 minutos tal como ya sucedió en la facultad de Derecho, Contaduría y Administración de Empresas, y del mismo modo como piensa hacerse en economía donde la medida fue rechazada por los estudiantes.
5. Se modifica el esquema de aprendizaje, introduciendo el criterio de que por cada hora de trabajo académico con el profesor, al estudiante le corresponden dos horas de autoformación. Con esto, la educación se desinstitucionaliza, se convierte en una responsabilidad individual y al docente se le saca del proceso educativo.
La administración Sierra Anaya conformó una comisión técnica integrada por algunos decanos y secretarios académicos para revisar y modificar el Reglamento Estudiantil. Aun cuando no se conoce en qué va la comisión, sabemos que su propósito específico es elevar a rango de norma las reformas que soterradamente se vienen implementando en la universidad. Rechazamos la comisión, por su composición antidemocrática y por constituirse en una comisión de asalto a los reglamentos internos para acomodar en la norma las regresivas reformas del gobierno.
Solicitamos al señor rector que ordene suspender la comisión y las reformas que vuelven mediocre la enseñanza universitaria hasta tanto no se dé una discusión a fondo sobre este tema y se consulte la opinión de los estamentos. Invitamos a los representantes estudiantiles a que se opongan a las reformas y a los estudiantes a no permitir que se les modifique su currículo.

ESPUÉS DE UNA DÉCADA DE SILENCIO, PROTESTA EL ESTUDIANTADO DE LA UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

DOrganización Colombiana de Estudiantes, OCE,
Montería, 8 de mayo de 2008

Después de casi una década en la que los estudiantes universitarios no podían manifestar su inconformidad contra las medidas que los distintos gobiernos, especialmente el régimen de Álvaro Uribe Vélez han impuesto inmisericordemente contra los trabajadores, pensionados y estudiantes, en la mañana de ayer se convocó una protesta pacifica por las siguientes peticiones:
• Exigir la renuncia inmediata del Sr. Claudio Sánchez, rector de la Universidad de Córdoba por lo ilegitimo de su elección, su autoritarismo y la falta de democracia en Unicórdoba.
• Exigir se entregue la credencial al compañero Rogelio Zuleta Galindo, elegido democráticamente por los estudiantes, como representante ante el Consejo Superior de la Universidad, por el periodo 2008-2011.
• Exigirle al gobierno nacional la revocatoria del artículo 38, del Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010 (Concurrencia), por cuanto está dirigido a obligar a las universidades públicas a asumir el pasivo pensional lo que implicaría el alza en las matrículas y la privatización de algunos bienes y la venta de servicios.
• Exigir al Alcalde, Marcos Pineda García, cumplir el acuerdo hecho verbalmente con su secretario de Gobierno el pasado 21 de febrero, producto de la protesta que hicimos cientos de estudiantes para rebajar el cobro de la tarifa del servicio público urbano de buses a los estudiantes de Unicórdoba.
• Exigir al Consejo Superior que reduzca el valor de la matrícula para todos los estudiantes, por la condiciones socioeconómicas que padece la inmensa mayoría del estudiantado, víctima del modelo neoliberal agudizado por el régimen de Uribe Vélez.
• Exigir el mejoramiento en la dotación de la biblioteca, ampliación y actualización de las salas de internet y cafetería.
Nuestro derecho democrático a la expresión, organización y movilización fue reprimido brutalmente por la policía, que en cinco ocasiones violó el claustro universitario, siendo expulsada por la lucha del estudiantado. La represión llegó al extremo de que, después de levantada la protesta, miembros de la policía amenazaron a un líder estudiantil que se trasladaba en un bus para su casa.
La Organización Colombiana de Estudiantes, OCE, convoca a los estudiantes, profesores y trabajadores de la Universidad de Córdoba a continuar la lucha de resistencia a las pretensiones del gobierno de Uribe Vélez de imponer la regresiva reforma de la educación superior. Oponerse a la reforma es defender democracia y la autonomía universitaria. De ese calado es la batalla que tenemos que encarar en Unicórdoba.

EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO DE URIBE, SOPORTE DE UNA POLÍTICA NEOLIBERAL PARA EDUCACIÓN SUPERIOR

Juan Carlos Martínez Botero,
Representante Estudiantil al Consejo Superior de la Universidad de Caldas,
Directivo Nacional de la Organización Colombiana de Estudiantes -OCE-

Los Planes Nacionales de Desarrollo se convirtieron, para el gobierno de Alvaro Uribe, en la gran oportunidad de profundizar la política neoliberal de privatización y desfinanciación de los Entes Autónomos Universitarios del Estado e ir allanando el camino para lo que será el escenario del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. En primer lugar se precisaran algunos elementos normativos del Plan Nacional de Desarrollo. Posteriormente se hará alusión a las normas propuestas y aprobadas en los Planes de Desarrollo 2002-2006 y 2006-2010, para la profundización de una política regresiva en materia de educación superior.
El Plan Nacional de Desarrollo, PND, está regulado en los artículos 339 al 344 de la Constitución Política de 1991 y en una Ley Orgánica que reglamenta todo lo relacionado con su elaboración, aprobación y ejecución. El PND está compuesto por (I) una parte general y (II) un plan de inversiones públicas. En la parte general están contenidos los propósitos y objetivos nacionales de largo plazo, las metas y prioridades de la acción estatal a mediano plazo y las estrategias y orientaciones generales de la política económica, social y ambiental que serán adoptadas por el gobierno. La segunda parte contiene los presupuestos plurianuales de los principales programas y proyectos de inversión pública nacional y la especificación de los recursos financieros requeridos para su ejecución.
El Plan Nacional de Desarrollo es elaborado por el gobierno nacional, que lo presenta como proyecto de ley ante el Congreso de la República dentro de los seis meses siguiente a la iniciación del período presidencial respectivo. En un primer momento el proyecto de ley del PND es discutido por las comisiones conjuntas de asuntos económicos, que elaboran un informe, discutido posteriormente en las plenarias de la Cámara y el Senado. Si el Congreso no aprueba la parte correspondiente al Plan Nacional de Inversiones Públicas en un término de tres meses después de presentado, el gobierno lo pone en vigencia expidiendo un decreto con fuerza de Ley.
Primera arremetida
Desde su primer mandato, el gobierno de Uribe promueve una política de recortar los dineros para educación superior. Es así como en el Plan Nacional de Desarrollo de 2002-2006 se aprobó el artículo 84 que decía: “Recursos a las universidades públicas. Se mantendrán los aportes totales de la Nación al conjunto de Universidades Estatales de acuerdo con los artículos 86 y 87 de la Ley 30 de 1992. A partir de la vigencia de la presente ley, se concertará y acordará con los Rectores de las Universidades Públicas, Nacionales y Territoriales los criterios y el procedimiento de una redistribución, basada en indicadores de gestión, de un porcentaje del total de las transferencias. Dicho porcentaje no podrá exceder el doce por ciento (12%). El porcentaje restante se distribuirá conservando el esquema vigente”. Tal artículo fue reglamentado por el Decreto Nacional 3545 de 2004.
Tras la aprobación de esta medida, el movimiento nacional universitario inició una serie de actividades que llevaran a derogarla. Fue así como se realizó el Paro Nacional Universitario de abril de 2005 que, sumado a las acciones de tipo legal, llevó a la Corte Constitucional a declarar inexequible el texto subrayado –en el presente documento– del artículo 84 mediante Sentencia C-926 de 2005. Si bien esta norma, tumbada por la Corte, era una manera disfrazada de reducir los recursos a las universidades, partía de la base de mantener los aportes totales de la nación a las universidades y su impacto es menor comparado con lo que proponía el artículo 27 del Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010, y con lo que finalmente terminó aprobado en el artículo 38 de este.
Segunda arremetidaLa aprobación del Plan Nacional de Desarrollo del segundo periodo de Uribe, Ley ¿?, representa el interés privatizador de descargar la responsabilidad del pago de los pasivos pensionales en las universidades del orden nacional. Esta medida, además de causarles un gran impacto en las finanzas, plantea un escenario de elevada consecución de recursos propios, que como uno de los principales componentes impone el cobro de derechos académicos, con mayores costos de matrículas para los estudiantes. La propuesta inicial, presentada al Congreso de la República, contenía dos artículos, el 27 y el 32, convertidos en la Ley del Plan Nacional de Desarrollo en los artículos 34 y 38, el primero mutilado, para fortuna de la universidad pública, en medio del desorden que primó en la aprobación de la Ley del PND en el Congreso de la República, y el segundo aprobado tal cual lo presentó el gobierno nacional. Para dimensionar lo que representaba y representa esta propuesta de articulado, se hará mención de los dos artículos.
Como lo hemos venido denunciando, el gobierno de Uribe busca una forma de reemplazar la Ley 30 de 1992 para asignar los recursos a las universidades –según su criterio– y el proyecto de artículo 27 del PND 2006-2010 le permitía encontrarla, llevando a las universidades a situaciones de quiebra, de tal manera que se les aplique la Ley 550 de 1999, con lo que se pierde totalmente la autonomía de los entes universitarios y se acelera el proceso de privatización de los servicios y de conversión de la universidad en empresa y de la educación en mercancía. Ese artículo tal y como está planteado es un cheque en blanco para, según los criterios de Uribe, reducir brutalmente la financiación estatal a la universidad pública, pues si con el PND 2002-2006 el gobierno reducía el 12% –como máximo– los aportes de la nación, hecho ya muy grave, con el actual PND –de ser aprobado–no habría porcentaje límite de recorte en tales aportes.
El siguiente era el texto que se proponía:
“ARTÍCULO 27. Asignación de Recursos a las Universidades Públicas. Con el fin de facilitar un mayor dinamismo en la ampliación de la cobertura y el mejoramiento de la calidad y de la eficiencia del sector, el Gobierno Nacional reglamentará los ajustes a los criterios de asignación de recursos a las universidades públicas con base en los principios constitucionales de equidad y autonomía universitaria.
Las instituciones de educación superior contarán con un periodo de dos años de transición para que puedan efectuar los respectivos ajustes institucionales en sus estructuras financieras y de costos.”
Como lo dijimos en su momento, el PND “prevé en su artículo 27 facultar al gobierno nacional para “reglamentar los ajustes a los criterios de asignación de recursos a las universidades públicas”, lo que en la práctica constituye poderes absolutos al presidente de la república para que vía decreto desmonte la financiación estatal a la universidad pública. Y más adelante planteábamos: “Con el pretexto de aumentar la cobertura y eficiencia del sector de educación superior, el gobierno de Uribe busca con la aprobación de este artículo, una formula legal para disminuir el financiamiento por parte de la nación a las universidades, lo que implica el desconocimiento del artículo 86 de la ley 30 de 1992”y además establece que “Las instituciones de educación superior contarán con un periodo de transición para que puedan efectuar los respectivos ajustes institucionales en sus estructuras financieras y de costos” (Parágrafo del art. 27), es decir, tendrán necesariamente las universidades que aumentar los mecanismos de autofinanciación y transitar en el camino de la privatización de sus servicios.”[1]
El otro articulo aprobado hace referencia al pasivo pensional de las universidades, aunque sectores afectos al gobierno sostienen que es el remedio (véase La Patria, mayo 3 de 2007) a la crisis pensional. El contenido establece unos convenios de concurrencia en los que el gobierno central pone una parte del dinero para el pago del pasivo pensional y la otra le corresponde a las universidades. Cabe recordar que fue con un convenio de concurrencia como el gobierno nacional condujo a la Universidad del Atlántico a asumir un porcentaje mayor en el pago de las mesadas pensionales, pasando la universidad de un 12% al 75% y el Ministerio de Hacienda reduciendo sus aportes del 75% al 18%. Se calcula que con este convenio, entre los años 2003 a 2005 el Ministerio dejó de enviar 77 mil 316 millones de pesos, provocando el colapso financiero de la universidad, a lo que siguió la aplicación de la “Ley de quiebras” (Ley 550/99).
Así quedó el texto del artículo 38: “Saneamiento del Pasivo Pensional de las Universidades Estatales del Orden Nacional.
La Nación y las universidades estatales del orden nacional concurrirán al saneamiento del pasivo pensional de dichas entidades en los términos establecidos en el artículo 131 de la ley 100 de 1993. Las sumas que se hayan transferido por parte de la Nación con las cuales haya sido atendido pasivo pensional de dichas universidades a partir de la fecha de corte prevista en el artículo 131 de la ley 100 de 1993, se tendrán en cuenta como pago parcial de la concurrencia a cargo de la Nación de acuerdo a la reglamentación que para el efecto se establezca.
Parágrafo:La concurrencia prevista en el artículo 131 de la ley 100 de 1993 respecto de las universidades territoriales se aplicará también en aquellos eventos en los cuales el pasivo pensional se encuentre a cargo de las cajas de previsión territoriales o quienes la hubieran sustituido.”
Queda de esta manera –con la aprobación del PND– legalizada la intención uribista de no responder por la totalidad del pasivo pensional, con lo que se asesta uno de los golpes más lesivos a la universidad pública en los últimos tiempos. Hemos de prepararnos pues los universitarios y en particular los estudiantes a asumir las consecuencias de lo aprobado en el Plan Nacional de Desarrollo, PND. Como lo muestra la experiencia de la Uniatlántico (439 empleados despedidos, cinco programas cerrados y un incremento brutal de más del 300% en las matrículas) el camino señalado para las universidades públicas es el de la aplicación de la Ley de quiebras y su consecuente pérdida de la autonomía. En este mismo sentido, la privatización y el alza de matrículas es el único remedio para equilibrar la pérdida de importantes recursos estatales y los mayores esfuerzos que deben hacer las instituciones de educación superior públicas.
La Ley de Presupuesto Extensión del Plan Nacional de Desarrollo
El gobierno nacional, en su acostumbrado método de imponer todo, no esperó ni siquiera a expedir el respectivo decreto reglamentario para regular todo el proceso de concurrencia. Así lo evidencia la aprobación de las normas del presupuesto en diciembre de 2007, donde las mayorías uribistas en el Congreso de la República con base en la propuesta del gobierno nacional y en el artículo 38 de la Ley (1151 de 2007) del Plan Nacional de Desarrollo, dividieron los recursos que le corresponden, por vía de la Ley 30 de 1992, a las universidades oficiales del orden nacional y a algunas territoriales, en recursos destinados al funcionamiento y en aportes de la nación para el pago del pasivo pensional causado.
De esta manera continúa la propuesta de atentar contra la existencia de la universidad pública, asestando un golpe al funcionamiento y al cumplimiento de los componentes misionales de las universidades, pues la cacareada concurrencia que ha afirmado el gobierno nacional no implica recursos nuevos ni recursos adicionales de los que tradicionalmente han recibido las instituciones de educación superior por parte del Estado, con lo que quedaría demostrado que el 100% de los pasivos pensionales les tocará sufragarlos a las universidades, vía consecución de recursos propios, que no son más que matrículas más altas y venta de servicios.
Queda claro también la jugada furtiva del gobierno nacional, pues mientras pone, en un acto aparente de “democracia”, a botar carreta a los rectores de las universidades en la discusión del proyecto de decreto reglamentario del artículo 38, con el cual tampoco les va bien a las universidades, al mismo tiempo hace aprobar en el Congreso de la República los porcentajes con los que concurriría, es decir, los que pondría la nación para el pago del pasivo pensional, descontándolos de los dineros con los que cumplen los aspectos misionales las universidades colombianas. Estamos entonces ante un mico colgado en la ley de presupuesto.
Como lo denunció la Asociación Sindical de Profesores Universitarios, en su reciente plenario nacional: “Para las universidades de Caldas, Cauca, Córdoba, Choco, Nacional y Tecnológica de Pereira aparece un nuevo aporte presupuestal bajo la denominación “Concurrencia Nación Pasivo Pensional” con un monto que le fue restado al de funcionamiento ocasionando perdidas en este último rubro del 12% al 28% que generara problemas en el normal funcionamiento. El Plenario denuncia: 1) el presupuesto de las universidades, en funcionamiento y en inversión, no se incremento por encima del 5.69%, IPC-2007, y exige la aplicación del art.86, ley 30/92); 2) Al abrir el rubro de Concurrencia para Pensiones se está aplicando el artículo 38 de la Ley 1151 de 2007 (Plan Nacional de Desarrollo 2006-10) sin el correspondiente Decreto Reglamentario para las universidades nacionales, lo cual nos parece una extralimitación de funciones.”
La concurrencia (donde en realidad no se pone ni un solo peso) por parte de la nación para atender el pasivo pensional de las universidades, aprobada en el presupuesto, es una triquiñuela jurídica que consiste en dividir los recursos de la Ley 30 de 1992 en dos partidas (i) recursos para funcionamiento y (II) concurrencia nación pasivo pensional. El gobierno no hace ningún aporte adicional de los que ya reciben las universidades públicas, con lo que incumple con sus obligaciones tradicionales y dejan esta responsabilidad en manos exclusivas de las universidades. Como se muestra en el cuadro anterior, la Universidad Nacional tendrá 26,23% ($122.478.280.522) de su presupuesto menos para funcionar, la de Caldas 20,71% (12.420.020.503), la de Córdoba 31,63% (21.628.783.726) sumas escandalosamente altas que comprometen seriamente la viabilidad financiera y el futuro de estos entes. Es claro que importantes proyectos se van a ver comprometidos con la destinación de estos recursos para una finalidad distinta que la que prevé la ley 30.
El artículo 38 y el proyecto de decreto reglamentario
La destinación especifica de un porcentaje de los recursos que reciben las universidades por vía de la Ley 30 de 1992, como supuesta concurrencia por parte de la nación, aprobada en la Ley de presupuesto 1169 y en el decreto de liquidación 4449 de 2007, afecta de manera grave el funcionamiento de las Instituciones públicas de educación superior, vulnerando la autonomía universitaria y desconociendo numerosos fallos de la Corte Constitucional, en especial la Sentencia C-926/05[2]. Tal medida marca la pauta de lo que será y se tiene propuesto, por parte del gobierno de Uribe, en el proyecto de decreto reglamentario del artículo 38 de la Ley del Plan Nacional de Desarrollo.
La suma de los recursos comprometidos en las seis universidades (Nacional, Caldas, Tecnológica de Pereira, Cauca, Córdoba, Chocó) para el pago de la concurrencia y descontados del presupuesto de la Ley 30, en otras palabras arrebatados al funcionamiento, equivale al 19,33% ($181.220.617.836) en promedio de los recursos de funcionamiento de estos entes. El presente escenario no es mejor que el supuestamente “concertado” proyecto de decreto reglamentario, que en los días de diciembre se dio a conocer, por parte del gobierno nacional, a los rectores de las universidades del orden nacional.
Dice la propuesta del gobierno que la nación y las universidades oficiales concurrirán, replicando lo contenido en el artículo 38, en los términos del artículo 131 de la Ley 100 de 1993. La aplicación de este artículo es tan grave que el rector de la Universidad Nacional, Moisés Wasserman, en comunicación dirigida al Presidente y a los ministros de Hacienda y Educación el 4 de diciembre de 2007, planteó. “Lo atrás expuesto evidencia que la aplicación exegética del artículo 131 de la Ley 100 de 1993 en lo que a fechas se refiere, significa para las universidades nacionales la asignación exclusiva de una responsabilidad generada por mandato de la Ley, durante los últimos 14 años contados desde la vigencia de la Ley 100 hasta la aplicación del artículo 38 de la Ley 1151 de 2007”.
No solo resulta grave la aplicación de la fecha, sino también el cálculo de la concurrencia, que se hará con base en la norma en mención. Así lo menciona el artículo 5 del proyecto: “La concurrencia en el pago del pasivo pensional a cargo de la nación y la universidad será equivalente a la participación de cada entidad en la financiación del presupuesto de la universidad, en los últimos cinco (5) años anteriores a la vigencia de la Ley 100 de 1993.” Como paliativo, que no resulta trascendente para el porcentaje que asumirían las universidades se menciona que para determinar la participación en la financiación del pasivo: “se descontaran los ingresos recibidos por la universidad por venta de servicios de investigación con destinación especifica, clasificados como otras rentas”. No hay lugar a dudas de que la cifra ilusoria del 3%, que el rector de la Universidad Nacional, jugando el papel de corifeo, argumentó en diferentes escenarios, como participación de esta institución en el pago del pasivo pensional, queda desvirtuada con la aplicación del artículo 131 de la Ley 100 de 1993, y así lo ratifica el proyecto de decreto elaborado por el gobierno nacional.
Si este fuera el escenario para el total de la concurrencia, “De acuerdo con los datos del Ministerio de Hacienda, entre 1989 y 1993 los recursos propios (en bruto) de la Universidad Nacional, que constituían su aporte al presupuesto total, equivalían aproximadamente al 17,41% del mismo y los netos, dependiendo de la forma como se calculen, fluctuarían entre el 7,83% y el 9,57%”[3]. Teniendo como referencia un pasivo pensional de tres billones de pesos, que corresponden al cálculo actuarial realizado por la misma universidad, estaríamos hablando de unas obligaciones de equivalentes a “344.520 millones de pesos (mínimo neto) a 766.040 millones de pesos (máximo bruto), dependiendo de la interpretación del artículo que se logré “negociar” con el Ministerio de Hacienda”[4].
No obstante, en este escenario que se viene planteando, las sumas de las obligaciones de la Universidad Nacional podrían aumentar si se tiene en cuenta que en el Foro realizado el 22 de junio de 2007, con la comisión rectoral designada para analizar el tema, se presentaron dos documentos sobre las pensiones de la Universidad Nacional de Colombia, uno escrito por el profesor Ricardo Bonilla de la Facultad de Ciencias Económicas, FCE, y el otro elaborado por varios profesores de la misma Facultad y adscritos al Centro de Investigaciones para el Desarrollo, CID, y presentado por el profesor Álvaro Moreno sobre las implicaciones de la concurrencia. En el primero de ellos “se indica que el pasivo pensional no estaría en la cifra mencionada por la Administración de 3 billones de pesos sino entre 4.8 y 5.2 billones de pesos”[5].
En todo caso, como lo plantearon los profesores del CID, “es claro que la solución de “concurrencia”, así sea en un porcentaje relativamente bajo, obligaría a la Universidad (Nacional) a efectuar un ajuste ya sea, aumentando los ingresos o disminuyendo los gastos, lo que afectaría el cumplimiento cabal de cualquiera de sus funciones misionales.”[6] Este es el caso de la Universidad de Caldas, cuyo pasivo pensional asciende a 456 mil 492 millones, cifra arrojada por el más reciente “Estudio actuarial del pasivo pensional”, que en el mejor escenario implicaría una concurrencia del 8% (36 mil 519 millones de pesos), o del 16% ( 77 mil 500 millones de pesos), dependiendo de cuál sea la cifra que oficialicen las directivas de la universidad, quienes han dado cifras diferentes.
Sin embargo, la participación de las universidades con un porcentaje bajo en el pago del pasivo pensional, escenario analizado inicialmente, queda desvirtuado con el artículo 4º del proyecto de decreto reglamentario, que trata de la financiación del pasivo, donde se menciona: “Para establecer el monto del pasivo pensional que será objeto de concurrencia se tendrá en cuenta el valor del cálculo actuarial del pasivo pensional legalmente reconocido, esto es, de las obligaciones legales y extralegales validamente reconocidas, que se hubiere causado hasta el 23 de diciembre de 1993”. Plantea este artículo además que “el pasivo causado después de la entrada en vigencia de la Ley 100 de 1993, así como el valor del pasivo pensional no ajustado a la ley reconocido por la universidad en cualquier tiempo, estará a cargo de la universidad”.
Estamos pues ante dos hechos muy graves para la viabilidad financiera de las universidades del orden nacional, que se coligen del análisis del proyecto de decreto. El primero de ellos, estableciendo que la participación de la nación (y la supuesta concurrencia) en el pago del pasivo pensional, en los porcentajes ya mencionados, se hará solo por el pasivo causado hasta 1993, y el segundo, atribuyendo como responsabilidad exclusiva de las universidades, el pasivo pensional causado desde la entrada en vigencia de la Ley 100 de 1993 hasta la entrada en vigencia de la Ley 1151 de 2007 (Artículo 7º del proyecto de decreto). Así se descarga: El pago del pasivo pensional de un periodo de 14 años (1993-2007) y los factores extralegales reconocidos por medio de actos administrativos por los Consejos Superiores, única y exclusivamente en las universidades, con lo que se demuestra una vez más la intención del gobierno de Uribe de liquidar y privatizar la universidad pública. O de ¿dónde saldrán los recursos para atender estas obligaciones de las universidades? Si no es de las matrículas como componente principal del rubro de recursos propios de las instituciones de educación superior.
A este escenario, ya de por sí grave para las universidades del orden nacional, debe sumarse también que el proyecto de decreto dispone en su articulo 6º: “Las sumas que se hayan transferido por la nación a partir de la fecha de corte[7] prevista en el artículo 131 de la Ley 100 de 1993, con las cuales haya sido atendido el pasivo pensional de dichas universidades se tendrán en cuenta como pago parcial de la concurrencia a cargo de la nación.” Con tal disposición queda claro que las universidades no solo responderán solas por los 14 años de pasivo pensional entre 1994 y 2007, sino que su porcentaje tendrá que ser mayor en la concurrencia antes de 1993 y de 2007 en adelante, toda vez que los dineros con los que se ha pagado pensiones que salen de los recursos de la Ley 30 de 1992 se los atribuye el gobierno como pago parcial de su concurrencia. Este artículo está orientado en la misma dirección de lo aprobado en las normas de presupuesto en diciembre de 2007, donde se estipuló, como la concurrencia por parte de la nación, un porcentaje de los recursos de la Ley 30 de 1992 para el pago de pensiones. Es evidente el compromiso de los recursos misionales de las universidades en el pago de estas obligaciones, al punto que sectores universitarios que venían sosteniendo una posición distinta[8], hoy claramente reconocen: “A pesar de que se ha planteado no afectar recursos misionales de las universidades, aquí se plantea la posibilidad de que las universidades deban afectarlos”[9].
Como acertadamente lo planteó el profesor Federico Demmer Colmenares, al realizar los comentarios al documento de la comisión rectoral encargada de analizar el problema del pasivo pensional de la Universidad Nacional, enmarcando la política del gobierno nacional para la universidad pública en una política económica de corte neoliberal: “Del análisis queda claro que la política del gobierno va encaminada a desmontar el sector de la educación superior pública con dos objetivos fundamentales: primero, quitarle al gobierno la responsabilidad social de mantener un sistema de educación superior pública y entonces ahorrarse esa plata y, segundo, entregarle al sector privado la totalidad del “mercado” de la educación superior, que se “distorsiona” con la presencia de unas universidades públicas de alta calidad con costos de matrícula 80% inferiores a las universidades privadas.”[10]
Ante un nuevo atentado de semejantes magnitudes, que materializa la aspiración neoliberal de asestarle un golpe definitivo a las más importantes universidades públicas del país, no queda alternativa distinta que la de levantar el mayor movimiento de carácter patriótico, que una a la mayor cantidad de colombianos, lógicamente incluidos estudiantes, profesores y demás estamentos universitarios, en el propósito de salvaguardar la universidad pública como una universidad al servicio del desarrollo nacional, donde se imparta lo más elevado del conocimiento y donde se garantice el acceso democrático a los diferentes sectores de la sociedad.
[1] El Plan Nacional De Desarrollo amenaza la existencia de la universidad pública: El caso de la U. de Caldas. Publicado en Abril de 2007 en el periódico “a la Palestra” de la OCE-CALDAS
[2] Sobre la constitucionalidad de estas medidas es importante ver el análisis del profesor Leopoldo Munera de la Universidad Nacional. ”Educación Superior y Plan Nacional de Desarrollo. ¿Ley de Leyes? ” disponible en http://www.colectivodeabogados.org.
[3] El neopactismo. Leopoldo Múnera Ruiz. Profesor Asociado, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas ySociales, Universidad Nacional de Colombia, en http://actualidadcolombiana.org.
[4] Ibidem
[5] Carta abierta al rector de la Universidad Nacional, Moisés Wasserman, suscrita por el MD Juan J. Yunis L, Profesor titular y representante profesoral ante el Consejo de Sede-Bogotá. Junio 23 de 2007
[6] Centro de Investigaciones para el Desarrollo, CID., 2007. Un Indicador del superávit requerido para atender el pasivopPensional de la Universidad Nacional de Colombia, Universidad Nacional, CID, Bogotá.. Disponible en http://www.unal.edu.co/secretaria/PND/
[7] El artículo 131 de la Ley 100 de 1993 haciendo referencia a la fecha de corte plantea: “Cada una de las instituciones de educación superior oficiales, del nivel territorial, departamental, distrital, municipal, constituirá un fondo para el pago del pasivo pensional contraído a la fecha en la cual esta Ley entre en vigencia” La ley 100 de 1993 entró en vigencia el 23 de diciembre de 1993.
[8] Ver Comunicado No. 014 de Rectoría de la Universidad Nacional de Colombia. Información sobre el saneamiento del pasivo pensional de la Universidad y otros temas. Julio 06 de 2007. Entre otras cosas se planteaba por parte de las directivas, para justificar una posible concurrencia: “(…) la Universidad nunca tendría que desembolsar dinero de su presupuesto, no afectaría sus funciones misionales, y su estabilidad financiera quedaría plenamente asegurada”
[9] Carta del rector de la Universidad Nacional, Moisés Wasserman, al Presidente y a los Ministros de Hacienda y Educación, del 4 de diciembre de 2007.
[10] Documento "Dudas razonables y razonadas' del profesor Federico Demmer Colmenares de la Facultad de Artes. Noviembre 23 de 2007. Disponible en http://www.unal.edu.co/secretaria/PNDART38.html

FORTALEZCAMOS EL PARO DE UNIVERSIDAD NACIONAL

Informativo Resistencia Civil N° 4. OCE,
Bogotá, abril 16 de 2008

El 8 de abril la asamblea triestamentaria de la sede de Bogotá aprobó por unanimidad la realización de un paro en la universidad nacional. Paulatinamente se han sumando las demás sedes de la universidad, Manizales, Palmira y Medellín, aumentando con eficacia la fuerza del movimiento universitario. Los objetivos del paro buscan frenar las nuevas medidas privatizadoras y represivas de Uribe Vélez sobre la educación superior.
El propósito inicial es el rechazo al Estatuto Estudiantil recientemente aprobado, en su parte académica, por el uribismo que conforma la mayoría en el Consejo Superior Universitario. Esta parte desarrolla lo concerniente a los estudiantes de la antidemocrática Reforma Académica: impone un “cupo de créditos”, que en concordancia con la reforma, oscilaría entre 100 y 160 créditos, sistema que implica el riesgo de cobrar por créditos y no por matrícula, aumentando los costos en la universidad, incluye la pérdida de la calidad de estudiante cuando se agote el cupo de créditos sin interesar el semestre que este cursando y existe la posibilidad de reducir la duración de las carreras mediante la nueva estructura de créditos.
A lo académico se suma una reglamentación nugatoria de libertades y derechos democráticos. Entre las medidas adoptadas esta el establecimiento de un régimen disciplinario que define como una alteración del orden, que puede dar lugar a la expulsión del estudiante, la realización de todo tipo de actividad de resistencia civil o libertad de expresión crítica en la universidad. Bajo el pretexto de la “convivencia y el orden” ahondan la política de seguridad democrática en la Universidad para tratar de acallar un tradicional frente de resistencia civil a la política imperialista. Para profundizar la política neoliberal en Colombia tienen que acallar a la Universidad Nacional.
La segunda finalidad del paro es el rechazo a un nuevo esquema de seguridad en la sede de Bogotá. Buscan hacer inversiones en tecnología que sustituyan la actual planta de celadores, para establecer un sistema de vigilancia de alta tecnología con cámaras y computadores, así como la instalación de postes de teléfonos en las 6 zonas en las que se dividiría la universidad para facilitar la represión del movimiento estudiantil.
En tercer lugar se exige una postura autónoma de la universidad para rechazar la concurrencia al pago del pasivo pensional. Mientras la totalidad de la comunidad universitaria esperaba el decreto reglamentario se profirió la Ley 1169 de 2007 –Ley de Presupuesto- que compromete 100.000 millones de los 500.000 que por Ley 30 de 1992 se destinaban para funcionamiento. Por último existe una postura crítica ante la reforma académica que implementa las competencias en los currículos de las carreras afectando la autonomía universitaria.
La Administración sólo ha recurrido a la mentira y al autoritarismo para defender sus postulados. Declaraciones de directivos de la Universidad que señalan que “se han consultado a todos los sectores de la universidad”, omiten que los estudiantes hemos organizado una consulta cercana a los 13.000 participantes que optaron por tres decisiones: rechazar el procedimiento y contenido del actual estatuto estudiantil y comprometerse en la elaboración democrática de uno nuevo. A eso se suma la orden de cierre de la sede de Bogotá que apunta con claridad a dispersar el movimiento, creemos que la universidad es de la nación colombiana y no puede ser cerrada como una empresa privada. Estas son pruebas fehacientes de la debilidad que comienza a mostrar tan ingente arremetida.
El objetivo fundamental del Gobierno es adecuar la educación superior al libre comercio que le dará paso a las transnacionales de la educación superior y a las universidades corporativas. Participemos masivamente en las actividades de paro, en las asambleas, movilizaciones y actividades culturales programadas por el movimiento, rechazando el modelo de una educación pobre para pobres que desean imponernos. Defendamos una universidad nacional, al servicio del país, científica al impartir los altos contenidos científicos de cada materia y democrática, puesta en beneficio de la población colombiana y en cuyo claustro se hagan eficaces las libertades y los derechos esenciales.

EMPIEZA LA CONCURRENCIA, “VIENE LA LIQUIDACION”

FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES UNIVERSIDAD DE CALDAS -FEUC-,
Manizales 14 de Abril de 2008

Sin lugar a dudas la aprobación del articulo 38, del Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010, traerá como resultado la asfixia financiera de la Universidad Publica generando las condiciones, que para el gobierno nacional son, necesarias para la aplicación de la ley de quiebras (LEY 922 hace extensiva a las universidades publicas la ley de quiebras). Tal escenario es el adecuado para plantear la liquidación y posterior apertura con otras estructuras académico-administrativas, de las instituciones de educación superior públicas, modificando y haciendo énfasis en recortes: A la planta profesoral; la investigación; y la extensión. Todo esto dirigido en lo financiero a buscar la autofinanciación por la vía del alza en las matriculas y la privatización de otros bienes y servicios.
Ponemos en alerta temprana y denunciamos los nefastos efectos de la concurrencia para las Universidades de CALDAS, CHOCO, CORDOBA, TECNOLOGICA DE PEREIRA, CAUCA, Y NACIONAL. Condenamos la manera arbitraria de actuar del gobierno de Uribe y las mayorías uribistas en el congreso de la republica, quienes al aprobar dentro de la ley 1169 (ley general de presupuesto de diciembre de 2007) el desarrollo de la concurrencia, obligan a la universidad a concurrir, sin recursos frescos (con los mismos recursos de ley 30 que llegan año a año de la nación). Dicha fijación presupuestal, recortaría en un 20 % los recursos que llegan a la UNIVERSIDAD DE CALDAS por parte de la nación, con lo que queda demostrado que la intención del gobierno, es que el 100% de los pasivos pensiónales lo asuman nuestras universidades.
Este nuevo escenario golpea nuestras instituciones en sus principales objetivos misionales, de formar profesionales, desarrollar investigación y vincularse mediante la extensión a la sociedad. Sin estos recursos la universidad verá comprometido su funcionamiento académico y administrativo, con consecuencias aun imprevisibles por la magnitud de los recursos. Queda claro también que la discusión existente, en un acto aparente de Democracia, para definir el decreto reglamentario del Art. 38, entre las administraciones de las universidades y estamentos que lograron poner a discutir al gobierno después de los movimientos de mayo y junio, quedaron en un simple saludo a la bandera, pues las opiniones no fueron tenidas en cuenta, así lo muestra el mico colgado en la ley 1169.
Reclamamos de la Sociedad Colombiana y el Movimiento Universitario los mas altos grados de solidaridad social y política con la Universidad Publica Colombiana y especialmente con la de Caldas, la Nacional, Cauca, Tecnológica de Pereira, Córdoba y Choco. La unidad, hoy más que nunca, es necesaria para lograr derrotar esta visión regresiva de educación Publica que busca asfixiar financieramente y liquidar el carácter publico y estatal de nuestras universidades.

DEFENDAMOS UNA EDUCACIÓN PÚBLICA Y DE CALIDAD PARA TODOS

OCE-Kennedy, Bogotá, abril de 2008

Mientras el gobierno de Álvaro Uribe Vélez vuelca un alud de demagogia sobre la calidad de la educación colombiana, la arremetida neoliberal se hace cada vez más fuerte. Se han dictado una serie de medidas que van en detrimento de la calidad educativa. Ejemplo de ello es el recorte a las transferencias, que le quita a educación, la salud y el saneamiento básico cerca de 60 billones de pesos, y el decreto 1278 de 2002 o nuevo estatuto docente, que desprofesionaliza la carrera y arrebata a los maestros derechos laborales tan vitales como la estabilidad y los estímulos al estudio.
Y qué decir de la revolución educativa puesta en práctica por el Ministerio de Educación Nacional, y que con un criterio mercantilista apunta a privatizar la educación pública, tanto la básica y la media, como la profesional y la técnica del SENA, buscando adecuar el aparato educativo al TLC para que los jóvenes no tengan otra salida que la de vincularse a un mercado laboral manejado por las multinacionales, que solo necesitan mano de obra barata.
El gobierno de Lucho Garzón no fue ajeno en Bogotá a estas reformas educativas. Las aplicó de forma intensiva. Hoy la comunidad educativa se ha venido dando cuenta de las nefastas consecuencias que traen consigo estas medidas retardatarias. Es así como en la localidad de Kennedy, en lo corrido del 2008, los estudiantes de cinco instituciones educativas se han visto obligados a permanecer en sus colegios en tomas pacíficas. Protestan por el traslado masivo de profesores, el hacinamiento en las aulas, la falta de laboratorios y bibliotecas y la supresión de áreas básicas para la formación integral. Denuncian que se está reduciendo el proceso de aprendizaje a guarderías en las que únicamente se garantiza la permanencia de los estudiantes en las instituciones sin la garantía de recibir una educación pública de calidad.
Es por esto que la Organización Colombiana de Estudiantes, OCE, se solidariza con la justa protesta y hace un llamado a la comunidad educativa, profesores, padres de familia, estudiantes, personeros, representantes estudiantiles, líderes y demás jóvenes de la localidad, a hacer parte del proyecto de la OCE en Kennedy y Bogotá, contribuyendo a construir una agremiación estudiantil que abra espacios de estudio, debate, organización y movilización, por una educación pública científica y democrática.

Por una educación nacional, científica y democrática

POR EL DERECHO AL ESTUDIO Y AL TRABAJO DE LOS ESTUDIANTES VENDEDORES INFORMALES

Estudiantes Vendedores de la Universidad Nacional, Bogotá, marzo 25 de 2008

Las reformas que se vienen implementando en la Universidad tienen como punto común el cercenamiento de libertades y derechos democráticos para estudiantes, trabajadores y profesores. La Reforma al Estatuto Estudiantil en el componente Disciplinario, crea un sistema policivo dentro de la UN; y en el Componente Académico, abre la puerta a una educación totalmente subordinada a los intereses del mercado, que tiene sus lineamientos en el ya aprobado Acuerdo 033 del 2007. El Bienestar Universitario sufre un detrimento sistemático: concesión a particulares de cafeterías y bibliotecas, falta de restaurante universitario, ausencia de transporte para estudiantes y cierre de las residencias universitarias.
A estos ataques ahora se suma la ofensiva contra los vendedores informales en la UN. Los argumentos de la Administración para retirarnos son los siguientes: primero, que somos “antiestéticos” para el campus; segundo, que los puestos se están convirtiendo en fachada para la venta de droga; y tercero, que no estamos sujetos al control y reglamento de la Universidad. Frente al primer punto hemos tomado como medidas garantizar que los puestos permanezcan limpios, que no sean generadores de basura y controlar el tamaño de los mismos. No tenemos certeza de que la venta de droga se este presentando, pero para la tranquilidad de todos, nos comprometemos ante toda la comunidad universitaria a que ningún puesto va a ser utilizado para tal fin. En lo correspondiente al tercer punto, estamos dispuestos a escuchar propuestas de la Administración que tiendan a respetar nuestro derecho al trabajo.
A pesar de eso sabemos que con ninguna de nuestras propuestas la Administración quedará conforme. Lo que se esconde bajo el manto de dichos argumentos es el avance de la privatización de la universidad, que se manifiesta en la concesión de las cafeterías a privados, cuyos contratos garantizan el consumo total de la comunidad universitaria. Los vendedores informales somos un riesgo para el llamado comercio formal. Son dos las opciones que tiene la rectoría, defender los intereses de los estudiantes como miembros activos de la comunidad universitaria o defender los intereses de Cafam y con ello la política de privatización y desmedro de la educación pública. La Posición de Wasserman fue clara al inclinar su balanza hacia la segunda posibilidad.
Dejamos claro que el motivo de nuestro trabajo es la necesidad que tenemos de estudiar para cubrir los gastos que el sistema de bienestar no asume. Las posibles soluciones que ofrece dicho programa (préstamo-beca, bono alimentario) no sirven porque en la mayoría de casos no podemos cumplir los requisitos.
Pedimos el apoyo de toda la comunidad universitaria porque es claro que la ofensiva de la administración es contra todos los estamentos, conformemos un gran frente común que de al traste con las iniciativas represivas y privatizadoras que hoy se ciernen sobre la universidad pública.

Visita del presidente del PDA, Carlos Gaviria con miembros de la bancada parlamentaria