viernes, 19 de junio de 2009

EL PROTECCIONISMO Y EL LIBRE CAMBIO EN LA HISTORIA DE COLOMBIA

Por: ALBERTO LUNA
Barranquilla, Junio 19 de 2009

Gran parte del siglo 19, estuvo marcado en Colombia por la lucha entre el proteccionismo y el libre cambio, controversias públicas, impresión de innumerables documentos sobre la materia, división de los partidos políticos y hasta la causa de guerras civiles, fueron algunos de los hechos en que se tradujo esta pugna. En el siglo pasado, a partir de la década de los años 80, se avivó esta batalla, ya desde otro marco histórico, cuando desde hacía más de una centuria, el alto desarrollo del capitalismo, originó los grandes monopolios transnacionales y con ello, el imperialismo. Estados Unidos aprovechando la derrota y desaparición de su principal enemigo de la época, la Unión Soviética, y ante el peligro de la pérdida de sus mercados, por la aparición de nuevas potencias económicas, lanzó una ofensiva por mantener su dominio mundial, imponiendo un nuevo modelo económico, el neo liberal, a través de nuevas estrategias, llamadas globalización de la economía o apertura económica.
Por eso, es de suma importancia, para el análisis histórico, la lectura del fragmento de una carta escrita desde Nueva York, por el General Francisco de Paula Santander (quien fue Vicepresidente de la Gran Colombia y después de su disolución, Presidente de la Nueva Granada, en el período 1832-1836), dirigida a su amigo y copartidario Vicente Azuero, el 19 de enero de 1832, donde defiende el proteccionismo, como el modelo adecuado para el desarrollo económico de la nación.
"La ley de aduanas es vital en el estado de penuria en que quedó el país. Por Dios, abandonen las teorías del comercio libre, quiero decir, de que todos los productos y manufacturas extranjeras deben ser introducidas sin restricciones, ni recargos de derechos. La práctica de todas las naciones maestras en comercio está en oposición a tales teorías. Aquí mismo se ventila hoy está gran cuestión. La mayor parte de los Estados de la Unión convienen, y con ellos hombres muy respetables como Webster, Clay, etc., 'que los artefactos y productos extranjeros que se puedan producir y fabricar en el país deben ser recargados de derechos para proteger los intereses nacionales', y a esto llaman National System. Entre mil razones alegan, la principal es una experiencia de cincuenta años, que ha sido ventajosa al país. Otros Estados sostienen lo contrario, libertad de comercio; pero es una minoría... Protejan, pues, nuestras miserables fábricas y artes, no excluyendo absolutamente, sino poniendo restricciones a los estatutos y productos extranjeros que nosotros también producimos, o podemos a poca costa producir".

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