sábado, 9 de mayo de 2009

EL TLC CON EEUU Y LA UNIÓN EUROPEA: ILUSIONES Y DELIRIOS


RECALCA,

Bogotá, mayo 8 de 2009


El gobierno de Uribe ha renovado sus intentos de que el Congreso de EEUU apruebe el TLC. Para ello ha recurrido a seguir su campaña de cabildeo y todos los días anuncia que ya se descongeló el trámite y que es próxima su aprobación.
Sin embargo los hechos indican lo contrario. En primer lugar aunque la cancillería enfiló todas su baterías para hacer que durante la Cumbre de las Américas de Trinidad, el presidente Obama recibiera a Uribe, fueron vanas las suplicas y a Uribe le toco contentarse con una foto que fue tomada durante un almuerzo en el cual terminó por casualidad junto al primer mandatario estadounidense.
En vísperas de la Cumbre el vicepresidente Biden se reunió con varios presidentes de la región y Uribe no clasificó en esta gira. Después de la Cumbre, el ministro de Comercio colombiano, ha anunciado que se reabren las negociaciones; fue y regreso de Estados Unidos y en sus declaraciones es evidente que no solamente no sabe cuales son las condiciones de esa potencia para reabrir el tema, sino que ni siquiera hay un temario y cronograma para retomarlas. El gobierno de Obama no ha pensado introducir ese tema en el Congreso y numerosos parlamentarios demócratas han señalado que si comienza a tramitarse la agenda comercial de Bush, Obama dividiría la mayoría congresional que le permite gobernar. Por otra parte el presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Camará de Representantes en EEUU, Charles Rangel -uno de los defensores del TLC- señaló que “en términos de violencia y abuso contra trabajadores, no ha habido evidencias firmes para convencer al Congreso de que todo lo que había que hacer ha sido hecho”.
De nada sirve a la democracia el llamado que un diario como El Tiempo realizó en su editorial del domingo 2 de mayo, acusando a los opositores a los innumerables TLC, de hacer propaganda contra ellos en el exterior. Estos tratados forman parte de una arquitectura económica internacional que está siendo cuestionada en todas partes y sólo quienes pretenden ocultar las chuzadas y los “falsos positivos”, pueden opinar que estas son acusaciones sin fundamento y que lo que afecte los designios autoritarios del presidente Uribe perjudica a Colombia.
El gobierno colombiano se obstina y ahora está intentando negociar con la Unión Europea un TLC similar o peor. En búsqueda del vital apoyo político internacional que requiere para su reelección y también como una maniobra de distracción para los escándalos en el interior, ahora se ha concentrado en la política internacional, tratando de mejorar una imagen deteriorada por las evidencias de centenares de asesinatos de civiles por parte del Ejército y de un espionaje aterrador sobre numerosos dirigentes colombianos, inclusive altos magistrados de las cortes.
En un ambiente económico de crisis nacional e internacional, cuando caen las exportaciones colombianas, aumentan las importaciones y disminuyen los flujos de inversión extranjera, venderle la idea al país que la solución a todos los problemas está en la búsqueda de mercados externos y en dar todas las garantías a los inversionistas extranjeros, a lo único que va a conducir es a feriar lo que queda de bienes públicos a menos precios y dar nuevos golpes a la producción agrícola e industrial.
Uribe sigue nadando en contravía de las tendencias políticas y económicas de la región y del mundo y su apostolado por el libre comercio y la insistencia en una seguridad donde el fin justifica los medios, le ocasionará el repudio del pueblo colombiano y de la opinión democrática internacional.
Es necesario insistir en que la población colombiana y la comunidad internacional abran los ojos ante las amenazas que se ciernen sobre Colombia y se intensifique la protesta.

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