Carlos Gaviria: ’Hay que hundirla porque no es la que necesita el país’

Entrevista a Carlos Gaviria Díaz,
El Tiempo,

Bogotá, mayo 24 de 2009

¿Qué opina de que la reforma permita que los congresistas puedan cambiar de partido sin ningún castigo?
La reforma se presta para seguir haciendo política ’desideologizada’. Ellos no se inscriben en un partido porque estén comprometidos con un programa ideológico, sino porque les sirve para llegar a una corporación pública. En lugar de ser organizaciones políticas con proyectos claros y distintos entre sí, terminan siendo como el Partido de ’la U’ o Cambio Radical, cuyas propuestas son iguales.
¿Y qué pasa con la prohibición para que diputados y concejales compitan en las elecciones a Congreso de 2010?
¡Es vergonzoso! Es defender su propio interés. Los congresistas inhabilitan a concejales y diputados para no tener competencia a la hora de volver a aspirar a sus cargos.
Castigar la parapolítica fue la razón para presentar la reforma. ¿El proyecto que cursa en el Congreso lo logra?
No. Eso no se podía esperar porque, precisamente, los que estaban legislando sobre la parapolítica, o estaban implicados, o eran colegas de quienes ya estaban en la cárcel o siendo investigados.
La reforma sube el umbral electoral al 3 por ciento. ¿Qué busca el Gobierno?
Fíjese qué coherencia hay entre el transfuguismo y la elevación del umbral. Por una parte se les permite a los sectores uribistas pasar de un grupo a otro, porque de pronto una de esas organizaciones no alcanza el umbral. Y como van para la misma parte, simplemente se juntan y lo obtienen.
¿Por qué cree que, como lo advirtieron algunos candidatos presidenciales independientes, la reforma impide las alianzas entre partidos políticos y movimientos ciudadanos?
Estoy de acuerdo con que haya partidos serios y organizados. Pero si están surgiendo sectores de ciudadanos que quieren participar electoralmente, hay que abrirles las puertas. Si Colombia fuera una democracia madura, se entendería la existencia de pocos partidos, pero Colombia es una democracia germinal.
¿Cree que detrás de los artículos de la reforma que han sido criticados existe algún interés específico del Gobierno?
¡Claro! Cómo es posible que el ministro del Interior, Fabio Valencia, filtre en la discusión de la reforma un artículo como el que cambiaba la elección del Registrador Nacional para que, si era aprobada, a este funcionario lo nombrara el Congreso. Ellos buscaban este cambio porque, como tienen la mayoría uribista, iban a tener un Registrador de bolsillo. Querían acabar con el sistema actual que establece una selección por méritos.
Entonces, ¿qué hay que hacer con la reforma?
Hay que hundirla o archivarla porque no es la reforma que necesita el país. Es una reforma a la medida de las necesidades del proyecto de Uribe.
¿Usted le cree al presidente Álvaro Uribe cuando dice que tiene una "encrucijada en el alma", porque no sabe si lanzarse o no a la reelección?
Yo conozco al doctor Uribe y creo que la mayoría de los colombianos también. Mientras no diga expresamente ’no voy a ser candidato’, entonces él sí quiere ser candidato. Él formula expresiones tan ambiguas como que "(un tercer mandato) es peligroso", y que "nadie debe perpetuarse en el poder". Y enseguida agrega lo de siempre: "Pero yo estoy tan comprometido con la política de seguridad democrática...". El Presidente cree que es el único capaz de llevarla a cabo. No cree ni siquiera en los líderes políticos que lo han secundado como Juan Manuel Santos, Germán Vargas Lleras o el mismo Andrés Arias.
Hablemos del referendo reeleccionista. Usted ha dicho que son tan evidentes los vicios en su trámite, que la Corte Constitucional no tiene otra salida que declararlo inexequible.
Si la Corte analiza los vicios, puedo predecir que la ley de referendo va a ser declarada inexequible.
¿Hasta qué punto los ataques al presidente Uribe terminan por fortalecerlo?
No se puede deducir que lo que ha ocurrido en el pasado siga ocurriendo en el futuro. Muchas cosas han cambiado y el doctor Álvaro Uribe no es invencible.