jueves, 12 de junio de 2008

RECHACEMOS LA REFORMA ACADÉMICA EN LA UNIVERSIDAD DE CARTAGENA

Organización Colombiana de Estudiantes -OCE-,
Cartagena, Mayo de 2008

La reforma universitaria que impulsa el gobierno de Uribe Vélez y que ha causado controversia y paros en universidades como la Nacional y la de Caldas, avanza silenciosamente en la Universidad de Cartagena. Esta reforma, que en la universidad se viene implementando desde la administración de Sergio H. Gamarra, avanza a pasos agigantados bajo la rectoría Germán Sierra, quien hace gala de continuismo y de obsecuencia frente a la política gubernamental.
Esta reforma, inspirada en el decreto 2566 de 2003 y en un conjunto de directivas ministeriales, apunta a desarticular las carreras universitarias y a imponer un modelo educativo mediocre. Los principales elementos de la reforma son,
1. Se recorta la duración de las carreras de diez a ocho semestres en una maniobra que surge de la conversión de los programas a créditos académicos, tal como ya se dio en Historia, Lingüística, Filosofía, Enfermería y próximamente en Química pura. Si bien el modelo de los créditos académicos no se aplica aún de manera uniforme, el objetivo es extenderlo al resto de programas y llevar el recorte a todas las facultades.
2. Se recortan los currículos y los contenidos, procediendo a la eliminación de materias, fusionando unas asignaturas con otras sin más criterio que el de fusionar; se reduce la intensidad horaria y se limita la duración de algunos cursos en la carrera.
3. Se eliminan los regímenes de prerrequisitos en las carreras, convirtiendo materias que hoy son obligatorias en optativas, dejando su inclusión al libre arbitrio del estudiante.
4. Se implementa gradualmente la llamada estandarización de la hora-clase, que busca pasar la hora de clase 60 a 45 minutos tal como ya sucedió en la facultad de Derecho, Contaduría y Administración de Empresas, y del mismo modo como piensa hacerse en economía donde la medida fue rechazada por los estudiantes.
5. Se modifica el esquema de aprendizaje, introduciendo el criterio de que por cada hora de trabajo académico con el profesor, al estudiante le corresponden dos horas de autoformación. Con esto, la educación se desinstitucionaliza, se convierte en una responsabilidad individual y al docente se le saca del proceso educativo.
La administración Sierra Anaya conformó una comisión técnica integrada por algunos decanos y secretarios académicos para revisar y modificar el Reglamento Estudiantil. Aun cuando no se conoce en qué va la comisión, sabemos que su propósito específico es elevar a rango de norma las reformas que soterradamente se vienen implementando en la universidad. Rechazamos la comisión, por su composición antidemocrática y por constituirse en una comisión de asalto a los reglamentos internos para acomodar en la norma las regresivas reformas del gobierno.
Solicitamos al señor rector que ordene suspender la comisión y las reformas que vuelven mediocre la enseñanza universitaria hasta tanto no se dé una discusión a fondo sobre este tema y se consulte la opinión de los estamentos. Invitamos a los representantes estudiantiles a que se opongan a las reformas y a los estudiantes a no permitir que se les modifique su currículo.

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