jueves, 12 de junio de 2008

A UN AÑO DE LA AFRENTA CONTRA LA UNIVERSIDAD DE CALDAS


"El olvido no es victoria / sobre el mal ni sobre nada / y sí es la forma velada / de burlarse de la historia /para eso está la memoria / que se abre de par en par / en busca de algún lugar / que devuelva lo perdido/no olvida el que finge olvido / sino el que puede olvidar." Mario Benedetti
Juan Carlos Martínez Botero, Catalina Triana Navas Representantes Estudiantiles al Consejo Superior y Académico, y demás miembros Organización Colombiana de Estudiantes, OCE
La universidad pública colombiana enfrenta la más feroz arremetida de que se tenga noticia en la historia nacional. Las agresiones provienen de la política de la “Revolución Educativa”, programa bandera del gobierno de Uribe Vélez para la educación. La contrarreforma viene siendo impuesta con el rechazo de miles de estudiantes universitarios y demás sectores democráticos. El amoldamiento de la universidad a los propósitos del libre comercio y la condena al país a mantenerse en el subdesarrollo es el fin último que persigue dicha política.
La imposición de elementos retardatarios como la desfinanciación, la reforma académica a la Universidad Nacional, la imposición de los contenidos académicos y la vulneración constante de la autonomía universitaria, ha estado acompañada del uso de la fuerza para reprimir a quienes nos resistimos a aceptar un modelo de universidad mediocre, decadente y privatizada. La conmemoración del 5 de junio, día del ingreso violento de los esbirros del Esmad al campus de la sede central de la Universidad de Caldas, debe servir para continuar denunciando la catadura fascista del gobierno de la “seguridad democrática”.
La orden emitida recientemente por el presidente Uribe, con la anuencia de los rectores, para allanar todos los claustros busca reprimir las voces que se alcen contra el modelo educativo actual. La máxima del uribismo es que a mayor privatización, mayor represión. De un Consejo Comunitario salió también la orden presidencial para que en el amanecer del 5 de junio de 2007, una tanqueta y cientos de efectivos de la policía nacional, con el permiso de las directivas, pisotearan la dignidad de los valerosos estudiantes que desde el 29 de mayo nos encontrábamos en las instalaciones del Alma Mater exigiendo una adecuada financiación estatal para la Universidad de Caldas. Hoy recordamos este hecho acopiando nuevos bríos y volviendo a salir en defensa de la universidad como patrimonio del pueblo.
Exaltamos la conducta de los cientos de estudiantes que en ese amanecer defendieron la universidad, así como la de los miles que durante el movimiento hicieron presencia en cada uno de los actos convocados por la dirigencia estudiantil. Observamos cómo esta lucha tiene hoy un nuevo capitulo ante el pronunciamiento de la Corte Constitucional. Y como nuevamente el presidente de la República reitera la amenaza de asaltar nuestras universidades, los estudiantes debemos unir nuestras voces para seguir impulsando una universidad que sirva al desarrollo nacional, que imparta lo más elevado del conocimiento y que garantice el acceso democrático de los sectores populares mediante la gratuidad. La lucha por la democracia y la soberanía se tornan más vigentes que nunca. Sin estos aspectos no es posible una universidad de alta calidad ni un modelo de sociedad incluyente.

Por la Soberanía, el trabajo, la producción y la democracia.
Por la salud y la educación públicas.
¡No al TLC!
¡No a las privatizaciones!

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